Los expertos
del ramo de la construcción y el mundo de las reformas los conocen de sobra,
pero los novatos apasionados aún no tienen constancia de la presencia de esta
clase de productos. Cuando hemos llevado a cabo una reforma que haya implicado
llevar a cabo proyectos destacables en la vivienda, los restos de productos
como cementos o argamasas sobre las superficies son algo ineludible.
Aunque limpiemos intensamente con agua y
esponja luego de trabajar, la fina película que dejan la mayor parte de los
materiales es muy dificultosa de remover. Y qué decir de la habitual pella de
cemento que se quedó en el suelo y se ha secado después.
Aunque acostumbran salir bien con una
espátula, dejan un cerco que resulta muy visible. Ya que para arreglar estos
inconvenientes hay productos particulares y muy eficaces que eliminan todos los
restos sin dejar rastro; algunos de ellos además se usan para limpiar
superficies de cemento de manchas de aceites, grasas, etc. que comúnmente son
muy complejas de quitar al tratarse de materiales porosos.
Los
productos particulares para quitar cementos y materiales semejantes acostumbran
estar formulados a partir de ácidos inorgánicos, entre otras cosas el ácido
muriático, y se emplean comúnmente rebajados con agua en la proporción que
sugiere el envase (por ejemplo, el ácido muriático se acostumbra diluir en una
proporción del 10%).
Estos
productos están a la venta en los almacenes de materiales y algunos centros de
bricolaje y droguerías preparadas.
Para
utilizarlos es primordial usar gafas de protección, guantes y ropa fuerte, dado
que los ácidos son muy agresivos. Además se sugiere emplearlos con máscaras o
buena ventilación. Entre otras cosas, no debemos dejar que estos productos
entren en contacto con superficies pétreas delicadas como mármol o granito, ni
tampoco con metales ferrosos, cromados o aluminios.
Su profundo
efecto corrosivo puede dejar marcas indelebles en estas superficies. Y antes de
utilizarlos sobre algún otro material, es siempre aconsejable hace una prueba
en lugar no aparente.
La aplicación se acostumbra llevar a cabo en dos fases.
- Primero se proporciona el producto con una brocha ancha, de forma que penetre en el área a limpiar o en los restos a eliminar; lo destacado es usar una brocha de pelo sintético y corto.
- Instantáneamente luego se regresa a frotar el área con un cepillo de cerdas de plástico mojado en el producto; cuando los restos de cemento o la mancha de grasa se diluyan, hay que enjuagar por fin con agua abundante.
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